la vida es ese continuo y preciso trascurrir de emociones, sentimientos, sensaciones y acciones. Todas tienen sentido, todas tienen valor y todas la configuran.
maria

viernes, 2 de abril de 2010

poesia


Recuerdo los primeros poemas de mi infancia, los poemas recitados por mi padre al calor de aquella cocina de carbón que presidía la estancia familiar, recuerdo mi madre sentada en la mesa camilla y mi hermano conmigo mientras oíamos palabras que nos trasladaban a otros mundos, no había televisiones, ordenadores ni equipos de música, apenas la luz de una lámpara y mi padre recitando llenándolo todo, es uno de mis recuerdos mágicos, poesías que se iban entrelazando, repetidas hasta aprenderlas, viajes imaginarios a mundos donde los colores eran distintos, sonidos encadenados en piezas musicales, caricias del corazón, lagrimas que asomaban en nuestros tiernos ojos por amores eternos y desdichados, juegos infantiles a ver quien encontraba la rima, ados e idos que se concatenaban, escritura torpe en hojas blancas, búsquedas en el diccionario de palabras desconocidas y con cada encuentro una sonrisa, una nueva aventura que empezar, un juego eterno, la sonrisa de mi padre viendo como cada día y cada palabra eran algo especial, como cambian las poesías con el tiempo, como maduran con los años y como el tono que la imprimes en el corazón mientras la recitas hace que cada una de ellas se convierta en cientos.
Huidobro decía que la poesía es revelación, es vida en esencia, es el universo que se pone de pie. Nos hace ver todo como nuevo, como recién nacido, porque ella es descubrimiento, iluminación del mundo. Cuando sentimos que nos salen alas en la garganta y que todo nuestro cuerpo tiembla, estamos en presencia de la poesía. La poesía da vida a la muerte y más vida a la vida. La poesía es la vida de la vida, por eso podemos decir que es el juego de la vida y de la muerte. La poesía siente más que nada el destino del hombre, y cuando creéis que está cantando, ella está llorando la libertad que es el paraíso perdido o, mejor dicho, el paraíso nunca hallado del ser humano.
Así que tras un fin de semana donde pude disfrutar de sabores antiguos y de olores a heno de pravia me regalaste otra poesía, de esas que aprendí de pequeña y que continúan, gracias por darme tanto.




Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-.
En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón".

Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.

La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea
y débilmente blanquea
se enturbia y desaparece.

Mi cantar vuelve a plañir:
Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada

Antonio Machado

vida

2 comentarios:

  1. Hermoso y sensible, como siempre impregnas tus letras.

    Un beso.

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  2. Minerva
    gracias preciosa, tus poesias ya forman parte de mi vida
    un beso

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gracias por visitar mi casa