Me gustan las croquetas y me gustan mucho, fundamentalmente las mías será porque las hago a mi gusto, aunque hay días que no consiga el toque justo. Si ya lo sé, le digo a Ud. el que mira con sonrisa de medio lado diciendo ¡jeje eso es que no has probado las mías!, no dudo que sean mejores ni más ricas, pero es que me gustan las mías, esperemos a probar las suyas J
Me gustan las reuniones, pequeños lagos de diversión en la rutina diaria, sobre todo cuando vamos con la sana de idea de disfrutar, todos de todos, me gustan mucho. Me trasladan a mil momentos de placer surcados de sonrisas,
Ayer se juntaron los dos eventos, tras un día de trabajo poco efectivo hice croquetas y fui de reunión, así que la sonrisa estuvo presente y el disfrute aun más,
He hecho croquetas de todos los tipos a lo largo de mi vida, no me he cerrado a ningún ingrediente por muy raro que me pareciese, gracias a ello he descubierto sabores distintos, texturas que no me recordaban lo conocido. En ocasiones mis croquetas me han permitido paladear con agrado y en otras mirarnos los comensales como diciendo ¡¡que demonios es esto!!, porque no hago croquetas para mi sola, probablemente alguno pensara que es tontería, pero las croquetas no las puedo tomar sola, me siento como con vacio.
La croqueta como las reuniones necesitan de un protocolo nada rígido, pero de una preparación, de un dejar reposar, de un conocer los ingredientes y de ir muy despacio. Es cierto, entono el mea culpa, hubo un tiempo que me compre la dichosa thermomix, hubo un tiempo en que mis reuniones se habían convertido en una obligación social, y como necesitaba hacer tantas croquetas use ese utensilio para aliviar las vueltas de cuchara, pero no, no eran iguales, no era nada divertido, no disfrutábamos lo mismo, así que la thermomix descansa en un trastero o sirve ocasionalmente para rallar el pan.
Ayer hice croquetas, de muchos sabores, de formas distintas, croquetas de huevo, de jamón, de chorizo, de queso, de piñones, croquetas redondas y pequeñas que caben en la boca, croquetas alargadas que precisan de tenedor, cada ingrediente tiene sus formas, cada sabor sus maneras, y en ese forma-sabor, las de aceitunas.
Ayer tuve una reunión llena de magia y buenos momentos, y créanme si les digo que a no ser que me lo pidan no volveré a hacer croquetas de aceitunas, al menos de aceitunas verdes, porque descubrí que no me gustan nada y lo que es peor que a ninguno les gustaron, eso sí espero que mis gallinas den buena cuenta de ellas y pongan unos estupendos huevos para hacer una buena tortilla, porque de todo –aunque nos parezca a veces difícil- sale siempre una sonrisa.
Disfruten de la vida, y de un domingo de noviembre con o sin croquetas.
Saludos y sonrisas
No me apunto a las croquetas, vida, pero sí a todo lo demás... siempre que sea en tu compañía. Te queremos.
ResponderEliminarLas croquetas, como cualquier otra receta, necesitan portar un principal y genérico ingrediente: el amor/cariño..., sin ese ingrediente no es posible sacar todo el partido a ninguna receta.
ResponderEliminarTe amo, tesoro..., a pesar de tus "originales" croquetas, ejém.
Chema (CONFUCIO)