decepcion
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Desde hace tiempo vengo leyendo innumerables historias sobre la decepción, son todas muy diferentes y todas muy similares, con ese regusto amargo que deja la pluma del escribiente sobre el papel, la decepción por lo que no fue como se quiso, la decepción porque no fue como se pensó, pero en todas ellas han desaparecido los sabores dulces y salados que seguramente alguna vez las poblaron, no quiero decir con esto que nunca he sentido la amargura de la decepción, claro que no, también yo se lo que produce ese sabor en los labios, pero ¿de verdad es necesario obviar el resto de los sabores?. Probablemente con el tiempo vuelvan, algo así como una pincelada en un momento determinado que uno pasea por la calle y al ver su reflejo en un escaparate siente la presencia de ese alguien que fue muy especial y el aroma de su aliento, no se, espero que les pase, aunque la amargura ahora no deje que predomine ningún otro sabor. El problema es que mientras llega se destila demasiada hiel, de esa hiel que tarda en ser eliminada, de esa hiel que corroe el corazón y las entrañas, ese peligro puede que no les deje ver la dulzura salada de una lagrima de felicidad que seguramente muchas noches les hizo hervir la sangre.
Tengan un feliz día vida | |||||
No definido dijo ...
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Llevas mucha razón vida en esto que has escrito, la amargura de la decepción, no ha de hacer olvidar la dulzura de los momentos vividos, pero…, se olvidan las saladas lagrimas, los dulces besos, el calor de los abrazos, la sensación de las caricias, etc., todo ello se olvida y en la mayoría de las veces jamás se recupera.
Cuando nos ilusionamos hacemos múltiples castillos de arena y otros en el aire, todo ello obra de la ilusión, de la sensación de que el mundo es maravilloso, de que flotamos entre nubes de algodón, de que el sol jamás se nos ocultará.
Pero llega ese día fatídico en que los castillos de arena se deshacen en nuestros pies impidiendo avanzar al ritmo que avanzábamos, para que acto seguido se nos derrumben los castillos en el aire y nos aplasten sin piedad.
¿Recordar los momentos felices? Si, seguramente los recordaremos si conseguimos quitarnos los cascotes de encima, para poder llegar al recuerdo. Si es difícil el camino de la vida, no menos lo es salir de debajo de los cascotes de los castillos en el aire. Solo nos puede salvar el recuerdo de los momentos felices, ese puede ser el antídoto de nuestros males.
Un feliz día ¿Por qué no?
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vida dijo ...
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efectivamente y porque no? tengamos un feliz dia o al menos intentemoslo, sea feliz
un saludo
vida
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gracias por visitar mi casa